Cómo saber si tu pareja está contigo por interés
La definición de lo que “debería ser” una pareja es un tema complejo, pero en síntesis, y de acuerdo con los psicólogos y especialistas en relaciones de pareja, lo ideal es que sean observables y palpables ciertos valores fundamentales, como el respeto, la empatía y la solidaridad.
Una frase popular dice: “El problema es que hay más gente interesada que gente interesante”.
Reconocer a una persona interesada resulta a veces tan fácil como distinguir una mancha de tinta negra en una hoja de papel, sin embargo, las cosas cambian cuando los lazos afectivos que nos unen a esa persona nos impiden ver con claridad, como puede ser el caso de un amigo muy cercano o más allá: de nuestra pareja.
Cuando nos encontramos en una relación con una persona interesada, difícilmente estos valores forman parte de la ecuación. El problema es que, muchas veces, nos negamos a aceptar que algo no marcha bien, ya sea por enamoramiento, apego inseguro o costumbre, un fuerte vínculo marcado por el hábito que nos hace difícil “soltar” a esa persona.
Desde luego, lo primero que vale la pena aclarar es qué parámetros definen a una persona interesada para, de este modo, aprender a reconocerla.
Una relación de pareja ideal se caracteriza por valores como el respeto, la empatía y la solidaridad. Cuando nos encontramos en una relación con una persona interesada, estos valores desaparecen
Definiendo a las personas interesadas
No podemos permitirnos pecar de inexactos en este punto: la verdad es que todos los seres vivos somos, técnicamente, interesados en cierto grado y en relación con ciertos objetivos.
El interés va directamente ligado a la motivación, que compone un factor indispensable para la supervivencia. Nos interesa alimentarnos bien, vestirnos bien, asearnos, contar con un techo seguro dónde resguardarnos de la lluvia y con un sitio cómodo y reconfortante dónde dormir por las noches.
El concepto que queremos darle en este caso al término “persona interesada” va un poco más allá del interés como característica común. Nos referimos, en cambio, al interés malsano, el que perjudica, el que ignora los valores morales más universales y, por supuesto, el que abre heridas en el corazón.
Una persona interesada es, siguiendo esta línea, alguien cuya premisa máxima es recibir, recibir y recibir.
A las personas que se mueven por la vida conducidas por el interés personal no les importa el bienestar de los demás sino la propia autorrealización (así sea momentánea o efecto placebo), es por eso que, como bien previene la sabiduría popular, conviene cuidarse de las personas que solo dan esperando algo a cambio.
Pocas cosas hay más peligrosas que la avaricia disfrazada de generosidad.
Las personas interesadas son egoístas elementales, manipuladoras y negativamente ambiciosas, lo cual significa que su aspiración a la obtención de logros está mal dirigida en tanto perjudica a los demás con tal de beneficiarlas a ellas.
Ahora: ¿cómo saber si tu pareja es una persona interesada incluso si se esfuerza en ocultarlo?
Vayamos a ello.
Señales que indican que tu pareja es una persona interesada
El comportamiento interesado se caracteriza por altas dosis de egoísmo y egocentrismo.
A las personas interesadas les importan más los beneficios económicos, la comodidad o los privilegios que puede otorgarle una relación que el valor y la esencia del individuo con el que comparten su vida. De hecho, no consideran el sostener una relación como una dinámica diseñada para compartir, sino para recibir del otro.
Algunas señales que podrían indicar que tu pareja está contigo por interés son:
1. Cambios sospechosos en su forma de ser contigo cuando se presenta una oportunidad que le favorece
Si tu pareja no suele ser una persona especialmente expresiva o detallista y, no obstante, manifiesta cambios en su manera de comportarse contigo cuando se presenta un evento o posibilidad que le conviene, es evidente que su disposición a brindarte afecto depende directamente del grado de beneficio que pueda obtener de ello.
En otras palabras, una pareja interesada funciona como un inversor sistemático: decide cuidadosamente qué tanto “vale la pena” ser dulce o atento contigo según la rentabilidad de invertir en ti ese cariño.
Puede sonar drástico y desalentador, pero si notas esta conducta en tu pareja, más vale que abras bien los ojos.
2. Su forma de disculparse se basa en realidad en mera manipulación emocional
La negación a reconocer los propios errores y pedir perdón por los malos actos es una demostración palpable de egoísmo e inmadurez, y nótese que hablamos de “negación” y no “incapacidad”, ya que no es lo mismo una disculpa que no se pide por desconocimiento que una disculpa que no se pide porque simplemente no quiere pedirse.
Las personas interesadas se valen del reconocimiento y manipulación de las emociones ajenas para torcer la voluntad de los demás según su parecer.
Son hábiles para generar en la gente emociones como la culpa, el remordimiento y la inseguridad y mostrarse a sí mismas como personas maduras y coherentes que no tienen por qué “cargar con la responsabilidad” de X o Y situación.
3. Jamás están satisfechas, y se aseguran de que sufras también su insatisfacción
Las personas interesadas se sienten naturalmente frustradas, ya sea en el ámbito laboral, económico o social. Quieren obtener más de lo que tienen, quieren obtenerlo pronto y, en la medida de lo posible, a cambio del menor esfuerzo.
El inconveniente es que son vampiros emocionales: absorben tu energía, de culpan de todo y exigen desmedidamente que des por satisfechas sus necesidades sin preocuparse por las tuyas.
Comparten muchas de las características de las parejas tóxicas, entre ellas: la incapacidad (y también falta de interés) en poner límites a la relación para proteger la dignidad y estabilidad mental de ambos integrantes.
4. Son cuidadosamente selectivos con el tiempo que aceptan invertir en ti
Una pareja interesada, a diferencia de una pareja amorosa y sincera, no está dispuesta a compartir contigo un lindo y sencillo paseo por el parque al menos que vislumbre una oportunidad para obtener algo a cambio.
Las personas interesadas son altamente selectivas y siempre demandantes, pero indiferentes en relación con tus gustos y prioridades.
Huffington Post describe este comportamiento una extraña necesidad de “rogar a tu pareja para que te acompañe a hacer las cosas que disfrutas hacer”, lo cual es una clara señal de egoísmo descomunal.
Para la terapeuta de pareja Samantha Burns, cae de su peso que nadie tendría por qué rogar o implorar a su pareja para que participe en las actividades que amamos o que hemos esperado durante mucho tiempo, como un evento especial, vacaciones o un simple partido de fútbol.
“Tus necesidades y las cosas que quieres son tan importantes como las de ella o él, y vas a ir acumulando resentimiento si tu pareja no puede crear un balance saludable de compromiso”, explica Burns.
Por supuesto, en el caso de las personas interesadas, no existe ningún deseo de su parte de crear un balance de compromisos, ya que su jerarquía de prioridades no tiene inconveniente con aplastar a la tuya.
Esto es algo más fácil de reconocer: presta atención.
5. Son personas que no se comprometen sinceramente con la relación
El compromiso es fundamental, y no se trata de ponerle el título de noviazgo a la interacción que ambos tengan, se trata de hechos, hechos y hechos.
Una pareja comprometida es atenta y solidaria. Está dispuesta a prescindir o ceder sin resentimiento cuando la situación lo amerita, porque le importa honestamente lo que sientes y el mejor modo de ayudarte a crecer.
El compromiso saludable no presenta egoísmo, sino compenetración. El “nosotros” se convierte en un pronombre tan importante como el “yo” y no en su esclavo.
Estar comprometido es estar abierto a tus gustos y preferencias, es integrar en lugar de imponer.
Si notas que tu pareja se comporta de forma individualista, que no toma en cuenta tus sentimientos y opiniones, que decide en soledad asuntos que involucran a los dos, que prioriza sus necesidades y minimiza las tuyas y que solo se muestra cariñosa y detallista cuando le conviene, estás junto a una persona que demuestra señales de ser interesada y que mantiene un compromiso únicamente consigo misma.
En tal caso, vale preguntarse: ¿es esta la persona con la que quiero estar?