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Relatos eróticos: la mejor orgía de mi vida


Llevaba tiempo saliendo con mi actual pareja, Juan. La verdad es que la cosa iba bien, pero tenía la sensación de que la relación se estaba estancando un poco, y sobretodo en el tema sexual. Los momentos apasionados del principio se estaban acabando y cada vez parecíamos más un matrimonio común rutinario.

Mis momentos en solitario los pasaba viendo vídeos porno por internet, y poco a poco me fui aficionando a la temática del sexo en grupo. Mucha gente haciendo el amor, o mejor dicho ‘fornicando sin tabú’ era algo que me ponía a millón, algunas veces acababa totalmente mojada, ya se sabe que la imaginación es el arma sexual más potente. Nunca me hubiera imaginado que la idea de una orgía me pudiera excitar tanto. Supongo que la influencia de la cultura romana y griega en nuestro ADN está muy implantada, y en aquellas civilizaciones, tan avanzadas para su tiempo, el sexo en grupo o la orgía era algo más que aceptado.

Un día, mi actual pareja descubrió que yo navegaba por internet para ver este tipo de películas. “Isabel he visto las páginas de adultos que visitas” bufff- pensé- marrón a la vista. No me apetecía tener movidas con mi pareja. Nos queríamos, pero el aburrimiento nos estaba invadiendo nuestra vida sexual.


Para mi sorpresa Juan se lo tomo bastante bien “No me parece mal la idea, pero podías compartirlo conmigo y quien sabe, podemos llegar a materializarlo con sexo en grupo”. Me quede estupefacta y también aliviada, ya que algunas veces me sentía culpable viendo estos vídeos porno. La reacción de Juan fue un regalo, esto nos podía ayudar a crecer como pareja. Creo que si el amor es mutuo, unido a la sinceridad, ninguna pareja debe ponerse límites en el campo sexual, siempre y cuando todo sea consensuado, y una orgía puede ser algo que hay que experimentar al menos una vez en la vida.



Juan, que es bastante decidido, me comentó que unos amigos iban a organizar una fiesta de Nochevieja. Suele ir gente bastante liberal y el personal suele vestirse muy atrevidamente. Algunas veces no pasa nada y otras sí, depende del feeling que exista entre los asistentes, podíamos tener la oportunidad de vivir sexo en grupo. Me preguntó si quería que fuéramos, y yo no lo dudé ni un momento. Le dije que sí, y sentía un enorme cosquilleo al pensar en la posibilidad de hacer una orgía.

Llegó el día esperado, empecé a vestirme y bueno ya saben lo que nos cuesta a las mujeres dar con la ropa adecuada. No sabía si ir demasiado explosiva ya que había cogido un poco de peso en las fiestas y había ropa que me hacía parecer una auténtica puta al estar un poco gordita. Quizás demasiado insinuante, pero tampoco quería ir demasiado discreta para no pasar desapercibida si acabábamos haciendo la orgía.

Finalmente acerté con un vestido de lamé bastante glamuroso. Me quedaba bastante ajustado y lo acompañé con una preciosas medias con liguero y unos zapatos de tacón de unos 12 cms. Estaba bastante guapa aunque un pelín zorra. Juan me miró con cara de satisfacción al verme, hacía tiempo que no me miraba con esa cara tan lujuriosa. Estábamos listos para el sexo en grupo.

Llegamos a la fiesta y nos abrió una pareja entrada en edad, pero bastante atractivos. Él me dio dos besos bastante insinuantes, como cuando alguien se recrea en tu cara y agarró mi cintura de forma atrevida pero sin llegar a tocar mi trasero. Mmm… Eso me excitó bastante. La mujer me cogió de la mano y empezó a presentarme a la gente que había allí. Mientras me la presentaba pensé con cual me gustaría tener una orgía.

Todo parecía normal, buenas conversaciones y momentos divertidos. Las personas que estaba conociendo eran bastante agradables y me hacían sentir cómoda, aunque no parecía que la cosa acabará en sexo en grupo u orgía.

En un momento de la fiesta, eche en falta a Juan. Hacía bastante tiempo que le había perdido la vista, así que pregunte a una de las anfitrionas, que donde estaba Juan. Ella me sonrió y me llevó a la parte de arriba de la casa, abrió una puerta y le vi fornicando de forma espectacular con dos jóvenes rubias. Uuff no sabía qué hacer y me quede petrificada. Juan ya estaba practicando sexo en grupo, Tremenda orgía se estaba montando.

Note como alguien se me acercaba por detrás y me susurraba al oído “Tranquila Isabel, que aquí disfrutamos todos”, cuando me di la vuelta vi a un chico joven apuesto y atractivo, no debía tener más de 30 años. Me puso una venda en los ojos y me llevo de la mano. La orgía se ponía en marcha.

Me quito la ropa y me dejo totalmente desnuda, solo con mi liguero y los zapatos de tacón. Estaba excitadísima pero con un poco de miedo y sentí que entraban dos personas más a la sala. Yo estaba de pie y durante unos segundos de quietud, que se me hicieron eternos, oí una voz muy varonil “Juan nos ha dicho que eres muy cachonda, que te encanta fantasear con sexo en grupo y hacer una orgía. Habrá que darte tu merecido por ser una chica tan mala” . Uufff esas palabras me asustaron aún más, pero notaba que mi sexo era como una cascada, madre mía podía oler hasta mi jugo vaginal. Estaba en celo como una perra.

Alguien empezó a besar mi trasero con unos besos muy tiernos, mientras empezaba explorar con su lengua el agujerito de mi culo. Nunca había hecho sexo anal y quizás eso me podía doler, pero estaba tan cachonda que decidí dejarme llevar por esta orgía. Uuff me introdujeron el dedo y eso me volvió loca, este sexo en grupo era lo que esperaba.

Cuando creía que el juego por detrás era el plato fuerte, otra persona empezó a besarme los pechos y otro más mi clítoris, era una auténtica locura, mientras me susurraban al oído cosas muy fuertes del sexo en grupo. Estaba totalmente desatada y decidieron quitarme la venda que llevaba. Cuando abrí los ojos medio aturdida, pude ver tres jóvenes a cual más bello. Me sentía una auténtica diosa del placer, si bien para estos tres parecía su puta más salida dentro de la orgía.

Me corrí enseguida y sin tiempo para recuperarme, uno de los chicos empezó a penetrarme por detrás, mientras azotaba mi trasero. Mmm.. Totalmente entregada al sexo en grupo, a medida que mis gritos se hacían más escandalosos, más gente entraba en la habitación a ver la escena de orgía, entre ellos Juan. Y eso me gustó bastante.

Otro de los chicos empezó a follarme, mientras el otro me obligaba a chuparle su polla, tenía tres penes de los macizos por todos mis agujeros. Creo que me corrí dos veces más, en una de ellas Juan que me dio un beso muy romántico, si bien se retiró en seguida para que los tres jóvenes continuaran jugando conmigo. Creo que durante toda la fiesta no deje de tener los pechos erectos y el flujo estaba continuamente en mi clítoris. Qué sensación por Dios, me encantó la orgía.

Me puso a 100 cuando dos de los chicos se pusieron de rodillas, uno besando mi clítoris y el otro mi culito, mientras el otro me miraba fijamente y se iba masturbando. Eso parecía una orgía de cine. Fue genial, los dos nos corrimos casi a la vez, y otra vez sin tiempo para el descanso, uno me cogió en volandas para cojerme. Yo gritaba como una loca, mientras otro introducía unas bolas chicas por mi ano, creía que perdía el control y no podía controlar mi esfínter. Por si no fuera poco, el tercero azotaba mi espalda con un látigo de forma suave, si bien aumentaba la intensidad a medida que me acercaba al orgasmo. Fue increíble, al terminar pude verme en un espejo, estaba radiante, dicen que el buen sexo en grupo sienta muy bien, y sin duda es verdad.

Acabe con cara de felicidad. De hecho, no fue el único polvo salvaje que eché esa noche, la cosa se prolongó durante todo el día uno de enero. Probé de todo, sexo con mujeres, actué de mujer dominante, también de mujer sumisa, en fin todas esas fantasías que había visto en vídeos porno que se hacen en sexo en grupo y que finalmente acaban siendo una orgía real.

Juan y yo, le cogimos gusto a lo del sexo en grupo y hoy en día seguimos dejándonos caer en fiesta como la de Nochevieja, que acaban en orgía. Incluso hacemos cosas más atrevidas, pero eso se los cuento otro día. Alguna vez has probado a ir con tu pareja a ligar los dos juntos, elegir una chica o chico al azar y seducirlo los dos, Nosotros lo llamamos ir de cacería y nos encanta ligarnos a una chica o una pareja para luego jugar con ellos, ya les iré contando en los siguientes posts..

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