Cómo enamorar a alguien cuando parece que no tienes ninguna posibilidad
Imagina que estás justo frente a esa persona que te hace estallar de emoción y pone cabeza abajo todo lo que conoces. Le miras lentamente, observas sus ojos, esa mirada tranquila e interesante que te hace vibrar; su media sonrisa que te muestra los hoyuelos de su rostro y la felicidad que es capaz de otorgarte; su cabello imperfecto pero aun así extraordinario; sus brazos increíbles, cuyo mejor atributo es su posible capacidad de sostenerte cualquier día si lo quisieran y ese cuello que podrías besar hasta el cansancio sin ningún problema de tiempo o espacio. Le tienes tan cerca, que el verdadero aroma de su cuerpo, no la fragancia que utiliza, te hace pensar en lo maravilloso que sería vivir justo entre hombro y la curvas de su pecho; viajando lentamente a la locura sólo con su esencia como guía.
¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué no eres capaz de gritarlo al mundo y decirle que tenga compasión de ti? ¿Acaso no somos capaces de aceptar una atracción, aunque eso no signifique un final de cuento de hadas?
Dibuja esto en tu mente: le tienes tan cerca, que en el momento más insospechado podría inclinarse hacia ti, rozar los costados de tu torso con sus manos, confirmando que sus palmas son el complemento perfecto para tu piel, presionando de una vez y por todas sus labios contra los tuyos para después decirte que esperaba este preciso instante desde el primer minuto en que te conoció. Acariciando tu mejilla con la suya y dejando el suave recorrido de su respirar desde la comisura de tu boca hasta donde inicia tu oído. Le apresas fuertemente con tu abrazo y sabes que nunca se va a ir, porque ya te lo ha dicho con toda su presencia, con el palpitar de su corazón tras haber perdido un poco de oxígeno al besarte.
“Existen seis elementos que son clave para entender que se está en medio de un enamoramiento o que se tiene ventaja para enamorar a alguien”.
Sin embargo, y con la tristeza más grande del mundo, sabes que eso no ha pasado y nadie tiene idea de cuándo pueda suceder. O de si es siquiera factible. Ya sea porque ninguno de los dos se atreve a hablar, a dejar las cosas en claro, a tomar cartas en el asunto cuando están tan cerca uno del otro platicando y viendo fijamente los gestos mutuos, a esclarecer lo ocurrido si es que alguno, o ambos, tiene una pareja, a decir un “¡Sí, me gustas!”; pero nadie da el primer paso. Ninguno admite que algo está sucediendo en ese espacio que les separa y mueren por unir sus cuerpos.
¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué no eres capaz de gritarlo al mundo y decirle que tenga compasión de ti? ¿Acaso no somos capaces de aceptar una atracción, aunque eso no signifique un final de cuento de hadas? De acuerdo con un libro titulado “How to Make Anyone Fall in Love with You”, que bien podría parecer un texto de autoayuda, pero en realidad es un recuento de estudios psicológicos en cuanto al tema de la seducción, existen distintos factores que podrían frenar ese vínculo que tanto deseas con tu crush o que serían facilitadores precisos para llegar a su regazo.
Siguiendo la recopilación de Leil Lowndes, encargado de la investigación para dicho título, existen seis elementos que son clave para entender que se está en medio de un enamoramiento o que se tiene ventaja para enamorar a alguien.
- Aprovecharse de los subtítulos
El lenguaje corporal lo es todo. Si se miran y charlan detenidamente, procura “enganchar” tu mirada con la suya, estimula la charla, intenta no aburrir, conecta tus gestos con los suyos. El cerebro humano avanza rápidamente sobre las impresiones fugaces; no dejes que se escape su atención de lo que dices o escuchas.
- Gana terreno en el entendimiento
Una vez ya iniciada la conversación o el constante contacto, escucha y dale retroalimentación. No caigas en la adulación, pero a todos nos gusta escuchar que alguien aprecia lo que somos, así que congratula sus atributos, emociónate por sus éxitos y dale a entender que no hay nada mejor que verle ganando en la vida. Está totalmente comprobado que esos apoyos hacen que los humanos nos sintamos atraídos por una persona en específico: todo depende de cuanto soporte encontremos.
- Subasta lo que tienes
Sí, el amor es puro y enigmático, sigue su propio cauce y no tiene fórmulas. Pero definitivamente no es ciego y hay ya suficientes pruebas de que los aspectos materiales o de discurso influyen demasiado en el “flechazo”. Obviamente no estamos hablando de una dote anual; sin embargo, mostrar tu capacidad intelectual, sin ser pedante; tu constante progreso laboral o académico; la consistencia en tus actos, los sueños y metas que te impones; etcétera, puede aumentar lo que esa persona está sintiendo por ti. Demuéstrale que no hay mejores ofertas en el mercado.
- Estimula la complementariedad
No se trata de convertirte en su más grande fan, pero sí conviene mostrar cuáles son tus gustos y pasatiempos para ver qué tan cercanos son el uno del otro. No intentes exagerar o inventar conexiones; mejor busca esos puntos exactos en los que pueden conectar y enséñale que nadie podría pasarla tan bien a su lado haciendo lo que más les gusta.
- Entiende las diferencias y úsalas a tu favor
Estamos seguros de que le has vigilado tan detenidamente que ya sabes de memoria sus reacciones ante el enojo y la alegría; entonces, toma ventaja de ello y muéstrale las actitudes o las circunstancias que más aprecia y huye de sus enfados. Aunque a la larga, seamos sinceros, eso no va a ser del todo viable. Por lo tanto, necesitas encontrar una forma de comunicación donde muestres total entendimiento de sus exasperaciones y como el único espíritu heroico que le comprenda en sus enfurecimientos.
- Busca el justo contacto físico
A veces una palmada, un gentil saludo matinal, una mirada lejana, una sonrisa de complicidad o una ligera caricia sobre la mano, dicen más de lo que podemos imaginar. La atracción sexual y el placer son muy distintos en cada persona, entonces encuentra qué “roces” puedes utilizar con ese alguien especial para hacer notar un poco más tu interés. El contacto físico suele atraer demasiado cuando se hace correctamente. Si ya llegaron más allá de eso y los abrazos son sólo un pretexto para sentirse más cerca, ¿por qué seguir engañándose? Es mejor que alguno tenga un poco de disposición y tú se lo digas cuanto antes.
En efecto, es un riesgo. Pero de qué vale tanta inseguridad y suposiciones lastimosas si no lo tomas para esforzarte de verdad en conseguir que sus días, tardes y noches sean tuyas; de nadie más.